sábado, 6 de abril de 2013

Qué enseñar y cómo aprender


En esta entrada, me dispongo a elaborar una reflexión personal sobre el artículo publicado en el periódico el País el pasado 4 de abril cuya dirección es:


Durante todo el artículo, Carlos Arroyo analiza y explica el estado anticuado de la metodología educativa que existe en nuestro  país actualmente. Coincidiendo con él,  he sido testigo de un sinfín de docentes que pasaban de largo de las tecnologías y de las nuevas metodologías grupales y continuas que favorecen el aprendizaje significativo.

En mi opinión, la mayoría de docentes que deciden pasar de los nuevos recursos, lo hacen no solo porque no saben utilizarlos (que suele ser una gran mayoría) sino porque los ven una amenaza para ellos. Creen que pueden ser sustituidos por ordenadores por lo que el no usarlos, les asegura a ellos que van a seguir siendo una figura permanente. 

Pero esto no es así, se debería inculcar desde la formación de maestros, una actitud innovadora y capaz de adaptarse a las nuevas situaciones. Con esto no solo me refiero a preparar a los profesores para saber cómo y cuándo utilizar las nuevas tecnologías, sino también enseñarles u orientarles en cuanto a nuevas formas de trabajo y evaluación que evalúen más los conocimientos significativos que los memorísticos puesto que actualmente, tener conocimientos memorísticos no lleva a ninguna parte.

Por otro lado, en cuanto a la actitud que se toma de echarle la culpa a los alumnos del fracaso escolar, me parece absurdo ya que, en una clase por ejemplo, cuando un examen lo suspenden 30 niños de 35, el problema no es de los alumnos sino del docente, de igual modo, si el fracaso escolar es cada vez mayor, no creo que la culpa sea de los alumnos sino del sistema educativo y de la metodología que no se puede aplicar en los alumnos actuales ya que está totalmente desfasada.

Para continuar, sigo estando de acuerdo con Carlos Arroyo en cuanto a que actualmente lo importante no es el que haya más o menos ordenadores en un aula o que sean mejores o peores sino el saber incorporarlos en el aula, saber cómo trabajar con ellos y el sinfín de ventajas que pueden obtener nuestros alumnos utilizando estos nuevos recursos tecnológicos (no solo ordenadores, también pizarras digitales, tablets, etc.).

Como último apartado para mi reflexión, me parece muy interesante la diferenciación del autor de los conceptos “enseñanza” y “aprendizaje”, dos conceptos que se han venido repitiendo durante los años que llevamos de preparación para ser docentes y que en pocas ocasiones nos han sabido explicar y diferenciar. La enseñanza, hace siempre referencia al resultado final y a la actuación del docente de manera autónoma y sin colaboración mientras que el aprendizaje, hace más hincapié en el proceso que llevan a cabo los alumnos hasta llegar a un resultado. Para mejorar nuestras metodologías, deberíamos centrarnos más en el aprendizaje y menos en la enseñanza.
                                
Carlos Arroyo: “La mejora de la educación exige inclinar decididamente la balanza hacia el aprendizaje”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario